viernes, 15 de agosto de 2014

Manta, Canoa, Guayaquil, El Palmar.


Y el tiempo pasa volando y llegó la hora de despedirnos de Puerto Cayo, el domingo 10 partimos rumbo norte acompañados de Fernando, Liliana y Estefanía, teniendo como destino temporal Canoa, sin embargo nos detuvimos en la ciudad de Manta, a saludar a un entrañable amigo, Rory Regalado.




Disfrutamos de su agradable compañía con la promesa de que al retorno, en algunos meses más, Sonia su esposa se uniría para el reencuentro.
Llegamos a Canoa, el  domingo10 y el lunes 11 gozamos del mar. La buena lectura no estuvo ausente, bueno tampoco las ni se cuántas botellas de vodka…



Canoa nos recibió con los brazos abiertos y un sol espectacular pero no solo el sol nos esperaba, también nuestro querido amigo Luis Freire, este caballero de cara picarona capaz de convertir una aburrida conversación en una charla inolvidable.



El lunes 11 Fernando y Liliana cumplieron 30 años de matrimonio, estuvimos felices de ser testigos de esta vida matrimonial ejemplar. Esta foto captada por Jairito, los delata! Este par siguen enamorados. Que belleza, que viva el amor!




A continuación el grupo de noctámbulos en Hostal Shantí, con el propietario Mauricio Herrera, el primero desde la izquierda.  La cálida hospitalidad que brinda la hostería ubicada en la cima de la loma de Canoa, cautiva con su infraestructura que fue construida con el menor impacto ambiental posible. Para los amantes de las cosas buenas de la vida, recomendamos la estadía aquí.


El martes 12 nos despedimos de Canoa y nos enrumbamos hacia Guayaquil. Cenamos tranquilamente e hicimos la clásica caminata por la 9 de Octubre hasta el Malecón, una vez más reímos recordando las locuras de los 6 días juntos hasta que llegó el momento de la despedida, pues Fernando, Liliana y Estefanía partirían para Cuenca al siguiente día y nosotros rumbo a Quito.
Miércoles 13 de agosto, golpeados un poco por el cansancio, iniciamos el viaje al norte, tomamos la carretera Quevedo~La Maná. Que viaje tan divertido!...


Y  que belleza de paisajes … para muestra un botón...




Decidimos acampar en el sector llamado El Palmar, al pie del río Pilaló.   Qué lugar tan encantador, el agua cristalina invitaba a un zambullón y el más débil, no se resistió.



Disfrutamos  del atardecer y de inmediato a recargar energías con un reparador descanso que empezó a las 7 p.m. hora en la que ya estuvimos dentro de la carpa, abrazados y entregados a Morfeo.


Por ahora es todo, nos vamos a seguir Disfrutando Sudamérica!

2 comentarios:

  1. Hermoso Blog, muchas gracias por compartir tan maravillosa aventura. Lamentamos que Nikita ya no los acompañe con su presencia, Snif! aunque sabemos que estará siempre con ustedes. Un abrazote de oso 🐻 virtual que esperamos sea real muy pronto. Los queremos mucho! 😇 Eduardo y Marthalú

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    Respuestas
    1. Gracias Marthica y Angelé! Nikita nos ha dejado con gratisimas memorias pero con un vacio tremendo también. Gracias por acompañarnos virtualmente. Les queremos mucho también.

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