El alegre parque de Ciudad Bolívar.

Sábado 18 de Octubre dejamos Jardín poco después de las 2: pm. con la noticia de que esa noche llegaría la “cabalgata”… El evento estaba organizado con la finalidad de recaudar fondos para una acción benéfica. La cabalgata reúne a los mejores jinetes que salen a disfrutar de montar sus ejemplares y exhibirlos. Esta cabalgata saldría desde el municipio vecino de Andes a las 3:00 pm. y recorrería  dos veredas-caseríos de la región para llegar alrededor de las 8:00 pm a Jardín. Los aventureros tuvimos la suerte de encontrarnos con los participantes en plena vía.

Exhiben  también las condecoraciones ganadas en Cabalgatas anteriores.

Los niños también participan.

No podía faltar la presencia femenina.

Un ambiente de alegre y de camaradería es el que trasmiten los participantes.

Este tipo de eventos son los que colaboran para que la economía se accione positivamente a favor de un buen sector de la población, por mencionar algunos de los que están vinculados con: artesanías, transporte,  restaurantes, hoteles.

Decidimos visitar Andes, municipio considerado como la capital comercial del suroeste y eje de la economía cafetera de Antioquia desde hace más de 100 años.

Nos dirigimos luego a Hispania, un joven y pequeño municipio de 58 kilómetros.

Tomamos una de sus calles y por ella desembocamos a bellas praderas en las que el verde dominaba en sus diferentes tonalidades. La presencia de ganado nos mostraba que la ganadería de carne es uno de los motores económicos de esta zona, así también varios trapiches, muy ligados también a la economía local y algunas finca hoteles con la dotación necesaria, que se han convertido en una excelente opción para los visitantes. 

Nos dirigimos luego a Hispania, un joven y pequeño municipio.

Tomamos una de sus calles y por ella desembocamos a bellas praderas en las que el verde dominaba en sus diferentes tonalidades. La presencia de ganado nos mostraba que la ganadería de carne es uno de los motores económicos de esta zona, así también varios trapiches, muy ligados también a la economía local y algunas finca hoteles con la dotación necesaria, que se han convertido en una excelente opción para los visitantes.

La belleza de esta región nos invitaba a quedarnos, así que empezamos la búsqueda de un lugar para pasar la noche, hasta que encontramos un sencillo letrero que decía: Finca Villa del Lago. Desde afuera notamos que se trataba de un complejo turístico completo, hospedaje, restaurant, piscinas, lagunas y amplias zonas verdes. Su administrador, Don Ramiro, después de conocernos nos invitó a quedarnos y se aseguró de que lo hagamos en el kiosco grande con la finalidad de estar protegidos totalmente por si la lluvia aparecía a hacer travesuras.

El kiosco no solo ofrecía protección contra los aguaceros sino además brindaba la posibilidad de conexión a la fuente de energía, por lo que decidimos instalarnos y luego trabajar para poder mantener al día este espacio.

En esta foto, Jairito alegano, decía: “No voy a sonreír, porque no en todas las fotos uno tiene que aparecer sonreído: jajajajajaja No faltan motivos para sus alegatos…

Dormimos como adolescentes, no hubiéramos escuchado ni siquiera la explosión de un volcán o cosa parecida, pues quedamos atrapados en los brazos de Morfeo.

Al día siguiente los pájaros se encargaron de despertarnos, un brillante sol anunciaba que afuera un hermoso entorno esperaba ser explorado así que decidimos alistarnos para la nueva aventura: un nuevo día.

Mientras la Bruja terminaba con la rutina de belleza, Don Dino se paseaba por los jardines de la finca y al volver lo hizo acompañado…

Cuando la Bruja quedo lista, notó que la naturaleza vestida de color rosa hacia juego con varios de sus accesorios.

Después de un delicioso desayuno típico recorrimos las instalaciones y disfrutamos de sus paisajes. Qué lindo lugar y que bien cuidado.

La construcción de algunas  cabañas sobre largos guaduales para permitir y aprovechar la vista del paisaje.

 El lago en el que ofrecen pesca deportiva.

 Una vista parcial mas completa del Finca del Lago.

Nos despedimos de Don Ramiro y dejamos con él nuestra gratitud por su hospitalidad.

El poder dormir plácidamente y a la mañana siguiente disfrutar de un baño cómodo para la higiene personal y deleitar el paladar con un delicioso desayuno hacen que en nuestra memoria se queden grabados para siempre estos lindos lugares, pero sobre todo personas de gran corazón, como Don Ramiro. Muchas gracias.

De regreso a la plaza principal de Hispania para lograr la foto de su iglesia.

Avanzamos camino con rumbo a Ciudad Bolívar ubicada a unos 30 kilómetros de nuestro punto de partida y 106 de Medellín. Las palmeras formadas de una a una al borde de carretera dan la primera bienvenida.

De repente uno queda sorprendido...Después de pasar unas cuantas casas y de voltear por una curva algo pronunciada, uno se halla en medio de una multitud que aunque sin prisa, se mueve prácticamente de manera homogénea.

Parqueamos la Nave, en la carretera que lleva a Quibdó y que prácticamente divide el parque de Ciudad Bolívar en dos plazas, una muy amplia y la otra más pequeña y menos concurrida.

Vimos así, que la multitud nacía de un núcleo muy particular, el parque central, el mismo que conserva el 70% de su arquitectura tradicional. Allí, 16 samanes, dos piñones de oreja y una ceiba, todos de gran tamaño proporcionan sombra a lo largo del día.



Propios y extraños son bienvenidos para disfrutar del encuentro casual, de la charla espontanea acompañada de un sabroso tintico o unas frías cervezas. El eco del murmullo denota la alegría de un pueblo que aprovecha a plenitud del asueto dominical

 

 

La iglesia de la Inmaculada Concepción domina la plaza y parece vigilar a cada uno de  los presentes.

En su atrio, encontramos a varias monjas llevando a cabo una rifa para recoger fondos por celebrarse la Semana de las Vocaciones. Una de ellas posó para nuestra cámara y mientras, nos mostraba el premio “gordo” de la rifa, un simpático cuadro en el que el pescado “a pilas” repite una y otra vez: Hi, I am a fish, Hi, I am a fish.

 

En el parque encontramos también a una cuadrilla de trabajadores que preparaban y chequeaban el material luminoso con el que adornarían la plaza y las calles del pueblo. El jefe debe vigilar que se  siga el plano en el que viene el diseño a utilizarse.

Ciudad Bolívar fue una de los 4 municipios que ganó el concurso para recibir la especial iluminación para Navidad. Utilizan 4.000 bombillos tipo led, mismos que además de su bajo consumo son resistentes a golpes y caídas.

En la parte más pequeña de la plaza, las palomas tienen su espacio ganado, allí niños y adultos las alimentan a diario y es lugar preferido para fotografías, pues no solo las graciosas palomas pueden dar un toque original a las fotos sino también los viejos y bien cuidados Jeeps Willys que esperan turno para salir a las diferentes veredas aledañas llevando pasajeros con el mercado comprado para la semana a venir.

 Seguimos recorriendo Ciudad Bolívar, lamentamos el hecho que no pudimos visitar algunos de sus sitios de interés como la Casa de la Cultura o el Museo, pues los domingos no están abiertos al público, sin embargo logramos llevarnos un muy grato recuerdo de este simpático pueblo de gente alegre, gente des-complicada y amable.

Miramos el mapa y decidimos por recomendación de varias personas, dirigirnos al Corregimiento de San Bernardo de Farallones, pues uno de sus atractivos reconocidos es el Eco Parque Farallón. Pensando en que allí pasaríamos la noche, hicimos las compras necesarias para un asado, de esos deliciosos banquetes que solo Jairito sabe prepararlos.

Por camino destapado, después de 22 kilómetros llegamos al pueblo.

Una patrulla con 3 policías amablemente nos guiaron hasta el Eco Parque y se pusieron a las órdenes por cualquier necesidad que tuviésemos, nos dieron la bienvenida y se marcharon. El Parque ofrecía las facilidades para quedarnos, varios kioscos debajo de los cuales podíamos armar nuestra carpa, fogones para realizar el asado, senderos para caminatas, jardines y un agradable río para el baño. Mientras inspeccionábamos el lugar y en menos de 15 minutos ya habíamos sido picados por hambrientos mosquitos… con la experiencia que vivimos en Mariquita cuando la Bruja fue devora por ellos, decidimos muy a nuestro pesar, no quedarnos allí para evitar los molestos efectos de la picadura de los gegen…Tomamos camino de regreso por el mismo ramal que habíamos llegado, mas esta vez un anuncio llamó nuestra atención.

Para la 1:00 pm ya estábamos en la carretera principal con rumbo a Santa Fe de Antioquia, misma que se mantuvo paralela al río Cauca en las aproximadamente dos horas y media de viaje. Aquí el Cauca y al fondo una plantación de aguacate.

Como este paisaje, un sinnúmero más, que dejaron a nuestras retinas simplemente felices ante tanta belleza.

Para las 4 de la tarde llegamos a Santa Fe de Antioquia, uno más de los 16 que pertenecen a la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia, en el próximo capítulo compartiremos nuestra experiencia allí.
Mapa de la Ruta.

Eso es todo por ahora, nos vamos a seguir Disfrutando Sudamérica.