A pocos metros de la frontera Jairito me comentó que sentía
“maripositas en el estómago”. Ciertamente los dos estábamos emocionados y
después de completar los trámites de rigor, cruzábamos el letrero de bienvenida
a Colombia.
Llegamos a Ipiales para dirigirnos de inmediato a visitar el
Santuario de la Virgen de las Lajas.
Hace muchos años había estado allí, los vagos recuerdos que
tenía revivieron apenas llegamos. Jairito por su lado, empezó con su excelente
labor para captar la belleza del sitio.
Que belleza tan impresionante, el Santuario es uno de los mas sobresalientes del país por su dimensión, su hermoso diseño arquitectónico neogótico y su ubicación sobre un puente de dos arcos en medio de dos abismales montañas.
El altar mayor goza de una impresionante y bella sencillez
Los vitrales son dignos de la atención de todos
quienes visitan el santuario.
Esta vista se consigue si se mira hacia la parte baja del
Santuario. ¡Qué susto!
El puente del Santuario está adornado con varios ángeles y
dos figuras llegaron a nuestras cabezas, Don Arnaldo y la mami Dora, por ellos
estas fotos.
El retorno hasta la nave implicó una fuerte caminata cuesta
arriba de algo así como 35 minutos y salimos en busca de un lugar para pasar la
noche.
Tomamos la ruta de salida de Ipiales a Pasto y no habíamos
rodado más de 2 kilómetros cuando decidimos pedir permiso para armar nuestra
carpa en las afueras de un bonito restaurante del lugar, salió un señor quien no
dudo en ofrecer acomodarnos en la parte interior del restaurante, mencionando
que las noches estaban bastante frías, en seguida otro señor apareció y nos
guió hasta un pequeño cuarto cómodo y con baño. Estos dos personajes eran nada
menos que los dueños del restaurante, el
negro Beli y William, oriundos de Tumaco y Cali respectivamente.
Después de acomodarnos tuvimos una larga charla, William nos
contó cómo nació este negocio y los sueños que tienen por alcanzar, ciertamente
les deseamos un provenir exitoso y estamos seguros que lograrán cumplirlos.
Al día siguiente Jueves 21, William y Mabel nos despertaron
con un desayuno espectacular, se habían preocupado de prepararlo de lo mejor.
Muchas gracias al negro Beli, a William y a Mabel por tan
cálida hospitalidad, por los consejos impartidos y por esta linda amistad que
nació, nos marchamos con la promesa de volver a visitarlos.
Antes de partir tomamos esta foto para el recuerdo, desde la izquierda: Mabel, La Bruja (yo), el negro Beli, William y mi querido Dinosaurio, Jairito.
La Playita es el lugar ideal para deleitarse con la
gastronomía del mar, sin embargo la carne a la llanera es otra de sus
especialidades.
Y de aquí rumbo a Tumaco por varios días.
Por ahora es todo, nos vamos a seguir Disfrutando Sudamérica!
es maravilloso ese santuario!! vamos querida gente!!que queremos seguir viajando con Ustedes!
ResponderBorrargraciela y familia!
Este santuario es espectacular, fuera de serie! Gracias Graciela querida, les llevamos en los mas profundo de nuestros corazones.
BorrarEspero que Jairo haya comulgado en la iglesia de las LAJAS. En cuanto a voz, querida prima, si hubieras puesto la hostia en tu boca, te habría pasado lo que a los vampiros cuando les hechan ajo, agua bendita, ven la luz del día, o les ponen una cruz en la frente: te hubieras quemado. Ja, ja, ja, ja!!!. Fer, Lila y Estefy
ResponderBorrarAnimal!!!! jajajajajajajaj
BorrarHablando en serio, les felicito y sepan que estamos con ustedes en su viaje. Fer, Lila y Estefy.
ResponderBorrarGracias primo! Pero sigues siendo animal! jajajajajaja LsQM.
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