martes, 14 de octubre de 2014

Ay Manizales querida, ay Manizales del alma…

Sábado  27 de Septiembre, 5:00 pm. nos acercábamos ya a Manizales y Don Dino comentó: Manizales de las 3 F… Feo, Frío y Faldudo, comentario que con seguridad quería poner un toque realista a las expectativas de la Bruja, sin embargo los dos nos quedamos sorprendidos por la belleza y el progreso ordenado que esta ciudad ha logrado.
Ubicada en el filo de una colina, rodada de nevados, bosques, montañas y valles posee una riqueza agrícola e hídrica incomparable. Además de ser una importante ciudad productora de café, su prestigio se extiende por sus múltiples manifestaciones culturales presentes en sus ferias y fiestas, con la Feria de Manizales y el Festival Internacional de Teatro que hacen de ella un atractivo desino en la zona cafetera colombiana.
Cada avenida y calle que recorrimos en busca de un lugar que nos acogiera esa noche nos fue llenando de grata admiración.
Nuestro manual-guía nos sugirió dirigirnos al Eco-Parque Los Yarumos, al llegar solicitamos hablar con el administrador, Jorge,  un joven profesional de aspecto amigable a quien solicitamos nos permitiera pasar la noche, su respuesta la resumimos en dos simples palabras: por supuesto! De inmediato nos hizo un recorrido para familiarizarnos con las instalaciones y nos comentó que si teníamos suerte lograríamos ver zorros plateados, una rara especie de zorros que habitan en el parque. Se despidió dándonos una cálida bienvenida y nos dejó en libertad de escoger el lugar para armar nuestra carpa.
El Eco-parque Los Yarumos está ubicado a un costado de Manizales en pleno bosque húmedo tropical, con 53 hectáreas ofrece distintos atractivos naturales como senderismo, cascadas, un museo, una concha acústica para eventos culturales y un mirador.
El reloj mostraba 6:00 pm y precisamente desde el mirador nos detuvimos a contemplar la caída del sol.




La carpa la armamos aprovechando las comodidades de la “Casa de Princesas” en el área infantil pues además de la comodidad que nos brindaba, era un buen lugar ideal para poder avistar los zorros plateados, si estos decidían pasar a visitarnos.
Nunca supimos si los zorros plateados pasaron a visitarnos o no, pues dormimos como duermen los bebes cuando están bien calientitos y con la barriguita llena.
Al día siguiente, domingo 28, nos dirigimos a disfrutar de las instalaciones del lugar.
Impresionante el Cristo elaborado con material metálico reciclado por el artista santandereano Beimar Alexis Espitia y  representa la unión de los tres departamentos que integran el Eje Cafetero.  La escultura es de nueve metros de largo y nueve metros de ancho con peso de 1.500 kilos.
En honor a la música y a la pujanza de la gente trabajadora de Manizales, esta obra también está realizada con materiales reciclados como picos, lampas o palas, tuercas, clavos, etc.
Hermosa vista diurna de Manizales.
Dejamos el parque para ir a recorrer la ciudad y empezamos con la antigua estación de ferrocarril, construcción que data de 1.926.
El Palacio de la Gobernación.
En el corazón de la Plaza de Bolívar se encuentra la Basílica de Manizales, con 113 metros de altura y 2.300 metros cuadrados de construcción. Cuenta con 4 torres laterales, puertas de bronce y auténticas piezas de arte religioso en su interior.
La Plaza de Bolívar es también un lugar abierto donde se pueden admirar varias obras de arte, entre ellas la escultura del Libertador,  Bolívar Cóndor y los murales Vientos de Libertad y Preludio de las Lanzas Llaneras.
Bolívar Cóndor 
Desde el centro de la Plaza de Bolívar mirando a dos de sus esquinas se pueden admirar construcciones de antaño  coloniales en perfecto estado de mantenimiento.

Una joya de la arquitectura republicana, el Edificio Manuel Sanz.

Las calles cercanas a la Plaza de Bolívar  adornadas con palmeras.
Las empinadas faltadas de Manizales.
La Universidad de Caldas, sede Palogrande.
Decidimos tomar el teleférico para un corto paseo aéreo.


En una de las estaciones del teleférico encontramos un vistoso Jeep Willys y conocimos el sueño atrás de este proyecto. Alejandro Rincón, artesano de profesión hasta los 41 años, hoy empresario con visión clara de adónde quiere llegar con su proyecto, el Yipao Cafetero, nos contó que su vida trascurría entre los materiales naturales como guadua, totuma, coco, semillas, etc con los cuales elaboraba artesanías y las calles de Manizales en las que vendía las mismas. Cuando la construcción del teleférico terminó tuvo la brillante idea de solicitar una cita con el administrador del teleférico para pedirle que le alquilen un espacio en el que él podría comercializar sus artesanías. Nos contó, con algo de rubor en sus mejillas, que para asistir a esa entrevista, se “arreglo” de la mejor manera, pues la charla sería con una autoridad… En la entrevista le solicitaron  que ponga un oficio formal acompañado de un proyecto que incluya diseño de vitrinas, medidas reales, etc., así lo hizo, lo entregó y le tomó muchas  visitas de seguimiento, pues su solicitud parecía dormir a la sombra del olvido.
Un buen día, le dieron la noticia que la solicitud había sido aprobada. Empezó a pedir dinero y de 50.000 pesos (US$ 25.00) juntó 1’000.000 de pesos con los que ordenó la fabricación de las vitrinas y con los últimos 50.000 compró algo de “mecato”, golosinas para mezclarlas con las artesanías y así llenar las vitrinas. Para iniciarse como artesano, cortó su pelo largo, cambio su vestimenta y le dio rienda suelta a esas ganas de tener un negocio formal y próspero. Al poco tiempo decidió vender el negocio de las artesanías y golosinas (que aún permanece en la entrada principal del teleférico) para dar marcha al sueño que hoy ya está plasmado en una hermosa realidad: El Jipao Cafetero. Adquirió una carrocería de un viejo Willys y lo acondicionó hasta lo que hoy tiene, este hermoso clásico en el que comercializa una variedad extensa de productos que se logran con el café, como deliciosos expresos, capuchinos, granos de café bañados con chocolate, batidos, raspados, caramelos, etc., todo con el maravilloso sabor a café.
Felicitaciones amigo Alejandro, te deseamos toda la suerte del mundo, queremos ver tu sueño expandido por todos los aeropuertos de Colombia, en las terminales terrestres, en las plazas centrales y por qué no, en el resto del mundo y muchas gracias por llegar corriendo y por la ventana de  la canastilla del teleférico en la que nos marchábamos y alcanzar a regalarnos la guía turística de Caldas, muchas gracias.
Nos llevamos de Manizales gratos recuerdos, no solo por la belleza de la ciudad en sí, sino también por gente como Alejandro, sencilla, luchadora y gentil.
De aquí para el Sur-oeste, con destino a Pereira.
Eso es todo por ahora, nos vamos a seguir Disfrutando Sudamérica. :)  :)

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