Domingo 28 de
Septiembre avanzada la mañana tomamos al Sur-Oeste, vía Pereira. Sin prisa
de ninguna índole empezamos el recorrido y llegamos a Chinchiná,
localidad que mayor honor le hace al café, insignia de exportaciones y el
cultivo que impulsó al desarrollo social y económico de la región
centro-occidente de Colombia en el siglo pasado.
En Chinchiná,
se destaca la planta productora de café liofilizado, segunda más grande de Latinoamérica
y como no podía ser de otra manera, el café tiene un escenario privilegiado
donde confluyen los cultivos, el procesamiento, los centros de formación e investigación científica. Cerca
de 5.000 hectáreas adornar el paisaje de este municipio.
Su plaza central.
Sus cafetales.
Seguimos
camino hasta llegar a Arauca, asentamiento ubicado a orillas del río Cauca.
Allí decidimos pasar la noche y llegamos al Parador Turístico Los Toboganes.
Solicitamos hablar con el encargado/a y nos presentaron a la propietaria, Doña
Carola quien en ese momento se deleitaba con uno de los mejores platos del
menú. Nos invitó a sentarnos a su mesa y luego de escuchar nuestra petición,
nos ofreció una de las habitaciones del estadero, oferta que declinamos por una
simple razón: nos encanta nuestra carpa, nos fascina! Dona Carola,
mujer trabajadora de 80 y tantos años debía regresarse a Manizales, ciudad donde reside y
antes de hacerlo se cercioró de que estemos bien ubicados. Muchas gracias! El
resto de la tarde nos pasamos tranquilos contemplando el río Cauca y el pequeño
pueblito de Arauca.
Dormimos a
gusto, por el un costado el río Cauca y por el otro, la piscina del estadero. Lunes
29 Septiembre, antes de
salir nos sentamos a conversar con el gentil señor que hace de guardia nocturno
en el estadero, por consiguiente fue también quien estuvo a cargo de vigilar La
Nave. Don José, nativo de Arauca conoce la zona como a la palma de su mano, así
que nos compartió un par de valiosos tips para el tramo a recorrer, también nos
contó que ha pasado por 3 matrimonios. Su primera esposa un buen día desapareció, la
segunda falleció de una enfermedad natural y la tercera de cáncer al hígado y
con risa picarona nos dijo: Con este pasado a cuestas, yo no soy un buen
candidato para ninguna mujer. Ahora goza de la compañía de su amigo inseparable
Tribulú. Aquí posaron
para la cámara.
Continuamos
camino y llegamos a un pequeño caserío: La Habana. Aquí paramos para captar esta
original forma de adornar la casa con plantas.
Sus pocas
casas lucen hermosamente cuidadas.
Nuestra
próxima parada fue en Belalcazar, pintoresco pueblito. He aquí su plaza
principal.
La casa donde funciona la Farmacia Montes desde 1904.
La parada
obligatoria sería para subir al mirador donde se encuentra el Monumento a
Cristo Rey, ubicado en el lugar conocido como el “alto del oso”. Allí emerge
una gran imagen de Jesucristo que mide 45 metros, obra hecha en concreto, misma
que empezó su construcción en 1948 y culminó en 1954.
Según su gestor el Padre Valencia, se construyó la imagen como signo de protección al pueblo de la cruda violencia que azotaba a la zona por esa época. Hoy se mantiene como un signo de paz, sus brazos abiertos invitan a la reconciliación para una Colombia en paz. La imagen señala con su mano derecha el sol naciente y con la izquierda el sol poniente. En su primer piso se encuentra la capilla del Señor Caído, imagen quiteña, venerada como milagrosa por los habitantes de la zona. Se puede ascender por su
interior, escalando las 254 gradas para tener una privilegiada vista, y el
singular hecho de ver correr dos ríos en sentido inverso, el Cauca y el
Risaralda.
Seguimos
camino y nos detuvimos confundidos ante semejante aviso, a buscar los pasaportes para poder continuar jajajaja
Decidimos
continuar derecho, vía a La Alemania y
El Cairo, pero finalmente aterrizamos en una vereda llamada Calamar, ubicada
entre los pueblos de Viterbo y La Virginia.Llegamos a la
orilla del río Risaralda y encontramos a dos hermanos que trabajaban
fuertemente, eran areneros y su misión es encontrar bancos de arena en el río
para sacarla hasta una canoa y de allí descargarla a tierra firme con la
finalidad de venderla a los volqueteros y ellos a su vez a los constructores de
la zona. Empiezan a laborar a las 6 de la mañana y terminan alrededor de las 5
de la tarde…Alcanzan a sacar el equivalente a 6 metros cúbicos, capacidad de
una volqueta y el valor libre que reciben cada uno es de 30.000 pesos…
Nuevamente
las súper antenas de Don Dino le avisaron que sería un buen lugar para acampar,
así que solicitamos permiso para hacernos a la orilla del río y una vez
recibida la aprobación, nos marchamos a La Virginia para hacer las compras y
poder mimarnos con un asado estilo Ravagli. Retornamos y de inmediato nos
acomodamos con lo necesario para pasar la noche sin dejar pasar la oportunidad
de disfrutar las bondades del río Risaralda.
El asado resultó delicioso.
Y el chef resulta ser también el posillero...
A la mañana
siguiente despertamos tempranito y observamos como los areneros ya habían
empezado a trabajar.
Uno de
nuestros amigos del día anterior, Don Ratón llegó a saludarnos y nos trajo de
regalo unas deliciosas arepas para el desayuno. Muchas gracias por esa
generosidad Don Ratón, de nuestra parte esperamos haya disfrutado las
panelitas. Listos para marcharnos y llegar a Pereira, ciudad natal de Don Dino.
Dejamos el mapa de la ruta.
Eso es todo por ahora, nos vamos a seguir Disfrutando Sudamérica.
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