viernes, 3 de octubre de 2014

Guadas, segundo pueblo de la Red Turística de Pueblos Patrimonio

Red Turística de Pueblos Patrimonio
Capítulo Número 2: GUADUAS
Un Viaje en el Tiempo,
 
Miércoles 24 de Septiembre, dejamos Bogotá y la brújula de Don Dinosaurio marcó como destino Guaduas, así que seguimos las instrucciones del aparato que habla, el GPS.
Grato ha sido hasta el momento admirar el trabajo tenaz que realiza el gobierno colombiano en lo que a vías se refiere. Ardua y silenciosa labor en la reparación de viejas y construcción de nuevas y amplias carreteras, en la contención de taludes, en la construcción de viaductos y túneles, pondrá a Colombia en la cabecera de la lista de países con una excelente infraestructura vial.


Nos sumergimos en la ruta y una vuelta en U fue obligatoria para captar esta linda imagen. A las afueras de una casita al borde de la carretera, un grupo de niños al son de la cumbia colombiana, aprenden los pasos del ritmo típico de este país.
Las fincas de la zona también añaden un toque único al paisaje.
Llegamos a Guaduas; su nombre completo, Villa de San Miguel de Guaduas, lugar que surgió como una escala en el camino, que de Santafé se dirigía a Honda, buscando salida al río Magdalena, para abrir por primera vez una ruta para el tránsito de "bestias y carga" evitando así que los indígenas fueran quienes tuvieran que llevar a cuestas todas las mercancías. Para compensar el costo de la obra, los contratistas recibieron autorización para cobrar peaje a todo producto que pasara por el camino y que utilizaran el paso fluvial en piraguas, canoas, etc.
Su plaza principal, llamada La Plaza de la Constitución tiene por uno de sus costados a la Catedral de San Miguel Arcángel construida en 1809 y registra ser el último templo construido en época de la colonia, con un estilo neoclásico
Su tranquilo parque nos permitió refrescarnos y relajarnos por un buen momento.
Tuvimos la acertada idea de visitar el Museo Arqueológico y allí la suerte nos permitió conocer a Nataly Caballero quien presta sus servicios para el museo. Gentilmente nos obsequió no solo la guía turística de la zona sino también material literario completo del país, regalo que de inmediato se convirtió en nuestra fuente de consulta para poder seguir explorando Colombia.
Nataly, al conocer sobre los detalles de nuestra aventura procedió a hacer un par de llamadas mediante las cuales nos consiguió un lugar seguro para pasar la noche...los predios de La Piscina Municipal, donde fuimos recibidos amablemente.  Muchas gracias Nataly, muchas gracias señor Piñeros! 
El resto de la tarde y noche la pasamos disfrutando tranquilamente en la plaza central.
Aquí amanecimos, Jueves 25 de Septiembre, muy bien descansados y listos para seguir nuestra aventura.
En el  río San Francisco que pasa por Guaduas, sus pobladores han formado una piscina natural, pues sus cristalinas aguas son sin duda un atractivo único.
El baño estuvo delicioso, primero una buena nadada y luego una ducha, nos pareció un verdadero regalo de la maravillosa naturaleza.
Guaduas es también la cuna de Policarpa Salavarrieta, más conocida como la Pola, mujer de gran determinación que realizó una importante labor de espionaje a favor de las tropas de la independencia y por lo que resultó apresada, juzgada y condenada a muerte.
Aquí junto a su monumento.
Al estar en Guaduas, la visita a la casa de Policarpa es obligatoria, pues es también el testimonio de la sencillez de las primeras viviendas, construidas en bahareque, vigas de madera, amarradas con bejuco y cuero y techo de palmiche.
Seguimos nuestro andar para visitar uno de los lugares icónicos de la zona, El Salto de Versalles, lugar donde los cauces de los ríos San Francisco, Guadual y Limonar confluyen y forman una cascada de aproximadamente 20 metros.
Cuenta una de las leyendas que una pareja de jóvenes indígenas enamorados Guampu y Calia, hijos de familias enemigas solían encontrarse en secreto, en esta parte del monte y cuando fueron descubiertos, sus familiares estallando en cólera, provocaron la creciente del río, de tal manera que inundó la zona y formó esta hermosa cascada que fue interpretada como aceptación del romance entre la pareja.
Por efectos del verano actual el caudal es bajo y la real magnitud de su belleza puede ser mejor apreciada en época de invierno.
Tomamos ruta nuevamente y a 4 kilómetros de Guaduas encontramos el desvío que conduce al sitio denominado La Piedra Capira. Básicamente es un promontorio en la montaña desde el cual se logra una impresionante vista del valle del río Magdalena. Durante los años de la guerra de la independencia, este lugar ofrecía la posibilidad de observar el movimiento de las tropas enemigas. Aquí una foto panorámica a 180 grados para transmitir la magnificencia del lugar y algunas otras.
 
 



Para llegar a La Piedra Capira habíamos tomado un desvío hasta un punto en el que encontramos un muy empinado descenso que nos dejaba a la entrada del lugar; allí parqueamos La Nave y escalamos unos cuantos metros para llegar a la cima a disfrutar de la vista. Las manecillas del reloj marcaban las 12:15 del meridiano y el sol nos abrazaba intensamente. Hasta allí, todo marchó perfectamente, sin embargo cuando nos dispusimos a continuar camino, surgió un pequeño inconveniente…La Nave no podía subir la empinada cuesta cargando atrás el remolque, pues el terreno estaba  convertido en cascajo suelto y polvo. Tras algunos intentos fallidos Jairito decidió desenganchar el remolque para lograr al menos que la mitad de nuestra Nave salga hasta el camino principal.
Así, quedamos con La Nave partida en dos, aquí la foto del Tucson solito.
Y ahora la foto del remolque solito al inicio de la cuesta.
Hicimos varios intentos para subirlo empujado pero el peso del mismo no nos permitía, avanzábamos 3 centímetros e inmediatamente retrocedíamos 5...
Agotados y frustrados optamos por buscar ayuda, nos dirigimos a la única casa cercana y por más que llamamos varias veces, nadie respondió. Fuimos entonces hasta una escuela que se encontraba como a un kilómetro y encontramos a dos jóvenes que gustosos ofrecieron ayudarnos. Con ellos logramos mover el remolque unos 50 o 60 cm. El cansancio y el desánimo empezó a apoderarse cuando apareció un elegante campesino a quien le pedimos su ayuda, respondiendo positiva y gustosamente. Resultó que en dos intentos tuvimos al remolque arriba. Qué fuerza la de este hombre, a quien de inmediato lo llamé Superman! La misión en total nos llevó 3 horas bajo un sol incandescente.
Aquí la foto con el equipo de rescatistas: Diego, Don Manuel Gutiérrez (Superman), y Nicolás.
Muchas gracias gentiles amigos, nos salvaron de seguir sacando músculos de manera obligada...jajajaja
Cansados pero contentos retomamos nuestra ruta y ya cerca de Honda al llegar al pie del río Magdalena, hicimos un alto para admirar su belleza, momento en que la Bruja aprovechó para hacer esta hermosa foto.
De aquí a Honda!
Por ahora es todo, nos vamos a seguir Disfrutando Sudamérica!

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