lunes, 6 de octubre de 2014

Honda, la ciudad de los puentes.

Red Turística de Pueblos Patrimonio
Capítulo Número 3: HONDA
Un Viaje en el Tiempo
 
La tarde del Jueves 25 de Septiembre seguimos avanzando para llegar a Honda,  municipio que debe su nombre a uno de los asentamientos indígenas situado a la ribera del Río Magdalena conformado por los aborígenes Ondaimas, que junto a los Gualíes, ocupaban la zona de la actual ciudad de Honda. Los españoles la bautizaron como Villa de San Bartolomé y luego le fueron dando apodos como "La ciudad de los puentes" por contar con más de cuarenta puentes sobre el río Magdalena, Gualí, Guarinó, y la Quebrada Seca. Se le llama también "Ciudad de la paz" por ser uno de los dos municipios tolimenses que escaparon del flagelo de la violencia política de la década de 1950. También es conocida esta población en el país por la "subienda" de pescado, que va aproximadamente de enero a marzo de cada año y se presenta por el desove de los peces que vienen de las ciénagas de la costa norte.
El esfuerzo físico causado por el inconveniente con La Nave, nos privó del apetito, así, cuando llegamos a Honda decidimos sentarnos en la Plaza de las Américas para refrescarnos con unos deliciosos  “raspados”. La plaza esta adornada con una fuente tallada en piedra que hace homenaje a los pescadores y por uno de sus costados se encuentra la Alcaldía Municipal, casa de dos plantas con fachada de piedra.
Honda a 225 msnm y 145 kilómetros al Nor-Occidente de Bogotá, goza de un clima cálido con una temperatura promedio de 33 °C. lo que hizo que nos tomemos el resto de la tarde a la sombra de grandes árboles para aliviarnos del calor. Ya al puro final de la tarde, empezamos a buscar un lugar para pasar la noche, labor que nos tomó mucho más de lo previsto. Nos encontrábamos en la Plaza de la Catedral de Nuestra Señora del Rosario, cuando un gentil señor de apellido Rióbo, se nos acercó para aconsejarnos que contactáramos al encargado del Club Deportivo de Honda para solicitarle nos acoja en este lugar, mas al despedirse y al igual que el resto de la hermosa gente hospitalaria de Colombia, también nos invitó a quedarnos en su casa por si no había una respuesta positiva en el mentado Club.  
Agradecidos con el consejo y con la oferta, decidimos buscar al encargado del Club, pero no corrimos con suerte, pues por más que llamamos a la puerta en repetidas ocasiones, nadie respondía.  Empezamos a voltear por uno y otro lado sin lograr nuestro cometido y ya con el cansancio que empezaba a doblegarnos, decidimos que buscaríamos una estación de gasolina para  pasar la noche. Antes de dirigirnos a la estación, pasamos por última vez por el Club Deportivo para comprobar si era que la suerte nos había abandonado, pero muy por el contrario, ésta se presentó para cobijarnos con cariño a través de la familia Ávila, encargados del cuidado del inmueble.
Don Sebastián y su esposa  Deyanira nos acogieron para brindarnos no solo hospedaje sino también su amistad. En pocos minutos nos encontrábamos alrededor de varias mesas de billar, charlando como grandes amigos. Nos presentaron a su hijo Cristian y a su sobrino Stiwan con quienes también nos conectamos químicamente.
La temperatura había bajado un poco, sin embargo la noche seguía calurosa, ventajosamente la habitación que nos asignaron contaba con un ventilador de gran potencia que nos ayudó a descansar plácidamente.
A la mañana siguiente y bien tempranito nos dimos un sabroso chapuzón.
Luego en un recorrido por las instalaciones, mismas que actualmente se encuentran en remodelación, encontramos en uno de los salones, esta placa que nos refiere que el Club inicio sus servicios en 1933.
Luego Doña Deyanira nos invitó a desayunar, había preparado unas arepas muy sabrosas, huevos, maduro y café. Qué delicia.
Al  tiempo que nosotros desayunábamos,  el gato de la casa también se deleitaba con  un delicioso azulejo.
Antes de despedirnos pedimos a nuestros amigos posar para nuestra cámara.
Muchas gracias familia Ávila por la hospitalidad y el cariño, nos hicieron sentir muy especiales.
Honda es sin duda uno de los destinos más turísticos y patrimoniales dada su valiosa y singular arquitectura y urbanismo, su huella luminosa colmada de vestigios históricos de diferentes épocas la hacen muy interesante. Nos preparamos para recorrerla y en la mejor compañía, pues nada más ni nada menos, Cristian sería nuestro guía. Qué suerte la nuestra, no podíamos estar en mejores manos, pues su vasto conocimiento al ser Emprendedor de Servicios de Operador Eco-turístico, nos llevaría a saborear Honda de la mejor manera.
Empezamos el recorrido con la Catedral de Nuestra Señora del Rosario construida en 1652. Construcción imponente que invita a propios y visitantes a conocerla, posee contrafuertes, cúpula, tres naves, casa cural y torre central.
Recorrer las calles de Honda significa encontrarse con casas coloniales muy bien conservadas que se mezclan  sutilmente y con gracia, con las de construcción de estilo republicano.

La Calle de Las Trampas, mágico vericueto de zigzagueante estreches y empedrado que conduce a la Plaza Municipal de Mercado.
La Farmacia Nueva de Arturo Ceron F. en la que su propietario puso al servicio de la población sus conocimientos de boticario y desde luego, toda la farmacopea botánica y química de la época.
La Calle y Casa del Sello Real, donde funcionó la primera aduana del Nuevo Reino de Granada. La calle diseñada en forma de embudo permitía ejercer un mejor control sobre las mercancías que debían pagar impuestos para obtener el Sello Real.
El Puente Navarro, inaugurado en 1899 sobre el río Magdalena para unir las poblaciones de Honda y Guaduas. Su constructor Bernardo Navarro empresario de la zona, consiguió aprobación del Congreso para la construcción, manejo y concesión del puente, lo que le permitiría el cobro de peaje por 99 años. Navarro contrató la estructura metálica a la San Francisco Bridge Company de Nueva York, fabricantes también del puente Golden Gate de San Francisco. Al poco tiempo de inaugurado estalló la Guerra de los Mil Días, razón que obligó a Navarro a abstenerse del cobro del peaje. Este puente fue el primero de su género en Latinoamérica. 
 
Vista parcial de Honda, desde el Puente Navarro.
Primer muelle sobre el río Magdalena al que arribaban las embarcaciones con todo tipo de mercancías.
Visitamos también el Proyecto Eco-turístico El Tambo, proyecto que actualmente se encuentra siendo desarrollado por nuestro guía Cristian Ávila y el respaldo de la firma Hotel Casa Belle Epoque. El proyecto apunta a  dotar a Honda de una alternativa completamente diferente, provocando que el visitar esta zona se haga con las prácticas adecuadas para disfrutar, apreciar y estudiar tanto sus atractivos naturales (paisajes, flora y fauna silvestres), como las manifestaciones culturales que allí puedan encontrarse, sin perturbar ni alterar su esencia. Para mayor información y reservas: casabelleepoque@yahoo.com o al teléfono; 313 324 5287.
Aquí, en el Proyecto El Tambo, junto a Cristian Ávila.
A la hora de almorzar elegimos el privilegio de hacerlo junto al río Magdalena.
La gastronomía de la zona esta representada por una gran variedad de pescados tales como la dorada, la mojarra, el bagre y el nicuro, pescados que se sirven cocinados, fritos o asados. Es infaltable en las cartas de los restaurantes el viudo y el sancocho de pescado.
Desde nuestra mesa captamos la imagen de unos jovencitos que se lanzan río abajo sin el más mínimo temor a las fuertes corrientes, sus habilidades como nadadores o mejor dicho como peces son innegables. Cuantas cabezas alcanzan a ver?
Les presentamos a los cuatro intrépidos, en el mismo orden en que nadaban.
Nos dirigimos luego a la Plaza de Mercado, que guarda un alegre ambiente y en la que además de la oferta de  frutas, verduras y pescado aún se pueden encontrar comercios que mantienen vivos a oficios tradicionales como la relojería, sastrería, joyería. Su edificación duró 18 años (1917 - 1935). Posee 148 columnas y 108 puertas.
Terminamos nuestro recorrido visitando el Puente López sobre el rio Gualí, construcción
que data de 1915. Su estructura original en hierro y con barandas de tubo fue arrasada por
una creciente del río, razón por la cual en 1937 fue remplaza por una estructura nueva en
concreto que hoy nuevamente corre el peligro de desaparecer.
Muchas gracias Cristian, te deseamos un exitosa carrera en la apasionante industria del turismo.
Nos marchamos de Honda con ese grato sabor que dejan los viajes al pasado.
Dejamos el mapa de la ruta recorrida.

Por ahora es todo, nos vamos a seguir Disfrutando Sudamérica! :)  :)

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