Miércoles 8 de Octubre,
amanecimos
sorprendidos con una especie de bramidos o aullidos, parecía que un león
hambriento andaba cerca, sin embargo los largos sostenidos que hacía dejaron
saber a Jairito que no podía ser un león. Salimos de la carpa y nos encontramos
con varios personas que ya habían empezado sus labores, entre ellos unos
areneros que ya con sus lanchas listas se disponían a ir río arriba o río abajo
en busca de bancos de arena, otros armando las balsas que luego servirían para
transportar turistas que llegan a tomar un tour que los lleva río abajo en un
recorrido de 5 horas, para admirar la fauna, flora y geografía de la zona.
Los areneros nos contaron que los extraños sonidos provenían de un solitario
mono aullador, que hace las delicias de los turistas, así que nos pusimos
atentos con la cámara y logramos esta fotografía.
Don Dino consideró que era un buen sitio paran hacer nuevamente calibración de
frenos traseros y nuestro nuevo amigo Don Hernando, dueño de una de las
volquetas que transporta arena, nos
brindó una mano. La foto lo muestra de brazos cruzados, mas no hace honor a la
realidad y su gentil ayuda.
Así como los areneros madrugan para
iniciar sus labores lo hacen también los balseros, ellos desde muy temprano
empiezan amarrando las guaduas una a otra para formar la balsa y luego, montar
sillas y la carpa que servirá de techo.
Luego llegó la hora del baño y
conseguimos captar esta foto en la que Jairito nadando a sus anchas, esta vez sí con traje de baño...
Jajaja
Cada vez confirmamos cómo una de
reglas de la vida se cumple constantemente, "de lo que des recibes", pues
así como Don Hernando nos brindó su colaboración con el asunto de los frenos,
resultó que él se quedó sin batería y Jairito le colaboró con los cables para
que de otra volqueta que se encontraba en la orilla se pueda pasar energía a la
de Don Hernando. De recuerdo de Don Hernando tenemos un bloque de madera que
nos regaló y que nos será de gran ayudar en las futuras calibraciones de
frenos. Muchas gracias amigo.
En los clásicos Jeeps Willys, aproximadamente a las 10:30 am arriban
los turistas que han contratado los
servicios de los balseros para emprender la aventura. Nacionales y extranjeros,
niños y adultos se marchan con la alegría de descubrir la belleza de la zona.
Resolvimos que el lugar era lo suficiente agradable y seguro para quedarnos
unos cuantos días, así que empezamos a sacar la carpa mayor y todo nuestro
equipo para quedarnos por unos cuantos días y disfrutar de la hospitalidad de
la gente del lugar y el encanto de la
zona. En medio del ajetreado trabajo que realizábamos, se acercaron un par de
nativos para aconsejarnos que no era buena idea hacernos a la mera orilla, pues
habían escuchado que en la cabecera del río había llovido muchísimo y el río
empezaría a crecer. Como dice Don Dino recordando uno de los dichos de su mamá
Margarita, "el que no oye consejo, no llega a viejo" seguimos con
gusto la recomendación y cómo no hacerlo sin hasta se ofrecieron a ayudarnos a
mover todo hasta la parte alta.
Gracias por el consejo amigos, pues en pocos minutos más constatamos como la
creciente empezaba a hacer presencia. Escuchamos también cómo entre los
areneros se alertaban: “Apúrate parce que la Vieja se nos subió, apúrate, que La Vieja esta
brava…”
Acomodarnos fue relativamente fácil, pues ya teníamos dos nuevos amiguitos,
Juan Pablo y Oscar que muy diligentes nos ayudaron de manera gentil y ágil.
No podían creer que teníamos una máquina que producía energía eléctrica así que
Jairito decidió prenderla para, por un lado probar su correcto funcionamiento y
también para mostrársela a los pequeños que abrieron la boca admirados cuando
los focos se encendieron y uno de ellos alcanzó a murmurar… “este motor suena
como la moto de la profe”… jajajaja
Una vez acomodados, en cuestión de
minutos preparamos el almuerzo e
invitamos a nuestros pequeños amigos a quedarse con nosotros, con la condición
de que fueran a avisar a su mamá; salieron en franca carrera a hacerlo,
prometiendo volver en seguida mas para nuestra sorpresa llegaron acompañados de
su mamá, así que fuimos 5 a la mesa.
La lluvia nos acompañó durante todo el almuerzo y al final la Bruja utilizó sus aguas para lavar la loza.
El resto del día nos la pasamos contemplando el río, sus turbulentas aguas
habían tapado por completo una gran piedra que reposaba en la mitad, además traía
palos, troncos, maleza, pelotas, etc. Oscar llegó con maracuyás, mandarinas y plátanos, regalo de su mamá para los aventureros. Muchas gracias!
Alrededor de las 9 pm. decidimos apagar el generador y retirarnos a dormir.
La noche entera llovió y aunque en momentos cortos la lluvia amainó, podemos
decir que, esa noche, San Pedro remojó-valdeó el cielo.
Jueves 9, amanecimos secos gracias al ingenio de Jairito que logró que además de asegurarse que la lluvia no nos jugara una mala pasada, un bonito diseño para que nuestra carpa cuente con antejardín jajajaja.
Jueves 9, amanecimos secos gracias al ingenio de Jairito que logró que además de asegurarse que la lluvia no nos jugara una mala pasada, un bonito diseño para que nuestra carpa cuente con antejardín jajajaja.
La mañana la dedicamos a observar al momo solitario, a admirar el río y sus
arrebatos, la Bruja a mantener la historia al día y Don Dino a la parte
contable del mismo.
Almorzamos un delicioso arroz con sardina y en horas de la tarde recibimos la
grata visita de un ilustre personaje, Don Roberto, un loro parlanchín, mascota
de Oscar y Juan Pablo.
La lluvia, que por momentos desaparecía permitía al sol que con sus rayos nos
caliente por contados minutos, pues el agua volvía a aparecer y con fuerza.
Terminamos el día con la esperanza de que a la mañana siguiente el clima mejore para poder alzar vuelo.
Terminamos el día con la esperanza de que a la mañana siguiente el clima mejore para poder alzar vuelo.
Así sucedió, la llovizna era mínima
el Viernes 10, por lo que madrugamos para organizarnos y partir con el corazón sensibilizado,
más humanos, más agradecidos. No cabe duda que esta maravillosa aventura que estamos viviendo nos
permite la posibilidad de reconocer lo que le sucede a nuestros semejantes, sensibilizarnos
frente a otras realidades, constituye por supuesto una forma de acercamiento en
pro del respeto, la tolerancia y la solidaridad, entendiendo que hay otros
seres que constituyen al igual que nosotros la población que habita este
planeta, seres con diferentes necesidades, con diferentes tristezas, diferentes alegrías…
Puerto Alejandría, es una vereda-caserío a 14 kilómetros de Quimbaya uno de tantos municipios de Colombia, que se empezó a poblar en el año 1948 a raíz de lo costoso que para algunas personas implicaba vivir en el pueblo, por lo que buscaron un lugar ameno y económico para sacar adelante a las familias.
Areneros y operadores turísticos nativos sobreviven a diario de las corrientes del río La Vieja, corrientes cómplices de historias y travesías, anécdotas de las que éstos humildes y alegres hombres se sienten orgullosos y narran con la más profunda alegría.
Prácticas como la extracción de arena y balastro para la construcción, extracción de oro, pesca y el balsaje por el río La Vieja se han consolidado en el quehacer económico cotidiano de ésta población. Tanto jóvenes como adultos se han dedicado a estos trabajos desde que se fundó el poblado. Gracias a todos por la cálida hospitalidad.
Puerto Alejandría, es una vereda-caserío a 14 kilómetros de Quimbaya uno de tantos municipios de Colombia, que se empezó a poblar en el año 1948 a raíz de lo costoso que para algunas personas implicaba vivir en el pueblo, por lo que buscaron un lugar ameno y económico para sacar adelante a las familias.
Areneros y operadores turísticos nativos sobreviven a diario de las corrientes del río La Vieja, corrientes cómplices de historias y travesías, anécdotas de las que éstos humildes y alegres hombres se sienten orgullosos y narran con la más profunda alegría.
Prácticas como la extracción de arena y balastro para la construcción, extracción de oro, pesca y el balsaje por el río La Vieja se han consolidado en el quehacer económico cotidiano de ésta población. Tanto jóvenes como adultos se han dedicado a estos trabajos desde que se fundó el poblado. Gracias a todos por la cálida hospitalidad.
Eso es todo por ahora, nos vamos a
seguir Disfrutando Sudamérica!
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