La leyenda del Hombre Caimán.

Sábado 8 de Noviembre, dejábamos Santa Cruz de Mompox alrededor de las 11:00 am. Esta vez elegimos a Talaigua para cruzar un brazo del río Magdalena y avanzar hasta Plato, así que emprendimos marcha.

Pasamos por Santa Ana, pequeña población, he aquí su iglesia.

Seguimos avanzando y en la ruta estos flamingos rosados nos obligaron a parar, pues una fotografía de estos hermosos ejemplares, era mandatoria.

La ruta tenía largos tramos destapados y una cuadrilla trabajaba en la vía, razón por la cual el tiempo de recorrido se extendió.

Para las 3 pm arribamos a Plato, poblado que goza de una  privilegiada posición geográfica a orilla del río Magdalena y en la cabecera derecha del puente más largo del país, el puente Antonio Escobar, que une a los departamentos de Bolívar y Magdalena. Su altitud es de 20 msnm y temperatura promedio de 40°C.

Llegamos a conocer la Iglesia de la Inmaculada Concepción y a uno de sus costados, la casa cural.

Su interior.

 

 El Altar Mayor

Sus calles centrales están llenas de comercio formal e informal. Se puede encontrar de todo, desde un caramelo hasta cualquier tipo de electrodomésticos. Los locales utilizan parlantes de altos decibeles para comunicar sus promociones.

En una de sus calles esta valla,   que buen gusto de los creadores…

Vaya que Plato tiene una buena alineación con Don Dino… aquí otro de sus letreros.

Un gentil plateño nos sugirió acudir al estadero El Caporal, nos dio instrucciones de cómo llegar hasta allá y también nos aseguró que allá podríamos pasar la noche. Así fue, el administrador no tuvo ningún reparo en brindarnos hospedaje, además nos puso a las órdenes los servicios del lugar. Recorrimos el estadero y nos enamoramos de la vista que desde uno de los puntos se lograba del río Magdalena, así que allí armamos nuestra carpa y para las 7:30 pm ya gozábamos de un delicioso baño en la piscina, además estábamos completamente solos y disfrutamos de la tranquilidad del lugar.

Dormimos plácidamente hasta que a la madrugada una fuerte lluvia nos obligó a levantarnos para mover la carpa, pues sobre ella había una gotera y cuando ya volvimos a estar a salvo del agua, reflexionamos de como San Pedro nos viene echando agua por baldes… pues las lluvias nos han perseguido desde hace 3 meses…Sin embargo y a pesar del inconveniente con el aguacero, nos volvimos a dormir y abrimos ojos pasadas las 8:30 am, vaya forma de recuperar energías.

Domingo 9 de Noviembre.

Con todo el equipo listo para salir, nos disponíamos a despedirnos del administrador, cuando un señor se nos acercó y con tono amable pregunto: ¿Cómo me les atendieron? Un poco confundidos le preguntamos quien era y nos respondió, Soy el dueño.

Allí mismo iniciamos una charla tan divertida con José Luis Antonio García, que nos llevó todo el día. Fuimos invitados a degustar la espectacular sazón de Patricia su esposa, que francamente se lució con un caldo de hueso digno de los mejores paladares terrenales y el alivio que producen las cervezas cuando el clima es fuerte y agobia.

He aquí algunas de las fotos de aquel día.

Nuestros nuevos amigos nos invitaron además a quedarnos otra noche en su estadero y nos recomendaron volver al centro de Plato para visitar el monumento del famoso Hombre Caimán, pues la leyenda que envuelve a este lugar, se encuentra representada en una singular imagen que a continuación compartimos.

Para ustedes, la mítica leyenda del Hombre Caimán:

“El Hombre Caimán es una leyenda que trata de la historia de un hombre cuya pasión por espiar a mujeres desnudas lo condenó a quedar convertido en un ser con cuerpo de caimán y cabeza humana.

Cuentan que hace mucho tiempo existió un pescador muy mujeriego que tenía por afición espiar a las mujeres plateñas que se bañaban en las aguas del río Magdalena. Para evitar ser descubierto solía esconderse entre los arbustos, hasta que un  día decidió salir en  busca de un brujo que le prepara una pócima que lo convirtiera temporalmente en caimán, así las bañistas tomarían el baño sin recelo y él podría observarlas con morboso placer. En la Alta Guajira encontró al brujo, mismo que preparó para Saúl, nombre del pescador, dos pócimas, una roja que lo convertía en animal y otra blanca que le devolvía su figura humana.

Saúl, disfrutó de algún tiempo de su ingenio, pero en una ocasión, el amigo que le echaba la pócima blanca no pudo acompañarlo. En su lugar fue otro que, al ver la transformación de hombre a caimán, se asustó y dejó caer la botella blanca con la pócima que lo devolvía a figura de hombre. Al caer la botella, solo unas gotas del líquido salpicaron a la cabeza de Saúl, por lo que el resto su cuerpo quedó convertido en caimán. Desde entonces, se convirtió en el terror de las mujeres, que no volvieron a bañarse en el río. La única persona que se atrevió a acercársele después fue su madre. Todas las noches lo visitaba en el río para consolarlo y llevarle su comida favorita consistente en queso, yuca y pan mojado en ron. La madre murió de tristeza por no haber podido encontrar al brujo y el Hombre Caimán, al verse solo, decidió dejarse arrastrar por el río hasta el mar Caribe a la altura de Barranquilla. Desde entonces, los pescadores del Bajo Magdalena, permanecen pendientes para pescarlo en el río o cazarlo en los pantanos de las riberas.

En Plato se celebra anualmente el Festival del Hombre Caimán. También existen una plaza y un monumento en su honor que son patrimonio cultural de la población. La leyenda del Hombre Caimán quedó inmortalizada en la canción "Se va el caimán" del barranquillero José María Peñaranda.
Volvíamos al estadero El Caporal y este atardecer nos detuvo para admirarlo plenamente.

 
En El Caporal el grupo de amigos se hizo más extenso, con ellos compartimos también divertidas historias y anécdotas.

Cerca de las 9 pm se marcharon todos, nos quedamos nuevamente en El Caporal como huéspedes de José Luis Antonio y Patricia, y esta vez elegimos otra ubicación para nuestra carpa y gozar de otro hermoso escenario.

Así amanecimos lunes 10 de Noviembre.

Buscamos la buena sazón de la zona para desayunar y la encontramos en un rústico restaurante en el que además de desayunar sabroso, hicimos nuevos amigos, un grupo de 3 hombres que también desayunaban allí, espontáneamente inquirieron sobre las placas de La Nave y dejaron salir todas las inquietudes sobre Ecuador. Con Alex, José Carlos y Jasson compartimos un grato momento e hicimos esta foto para el recuerdo

Nuestra próxima parada era en la joyería de nuestros amigos José Luis Antonio, Patricia y el más chiquito de sus tesoros,  Johan Andrés.

Muchas gracias queridos amigos por tan cálida hospitalidad, por haber hecho que cambiemos nuestros planes y paremos nuestro andar para compartir con ustedes, ciertamente disfrutamos a plenitud de tanta generosidad  y sobre todo de ese sentimiento que toca el corazón al hacernos sentir en familia. Los aventureros guardan la esperanza de poder retribuir todas las atenciones brindadas, ¡les esperamos en Ecuador!

Adjuntamos los mapas de la ruta.

 

 

 Por ahora es todo, nos vamos a seguir Disfrutando Sudamérica!